La República Islámica de Irán en perspectiva
الملخص
En febrero de 2019 la República Islámica de Irán acaba de cumplir cuarenta años de edad. Lejos queda la imagen del ayatollah Ruhollah Jomeiní regresando a Teherán desde su exilio en Neauphle le Châteaux, recibido en clamor de multitudes, provocando el definitivo colapso del régimen del último sha, Mohammad Reza Pahlaví, y la instauración de la República Islámica. Cuarenta años en los que se sucedieron innumerables acontecimientos –y que aún siguen teniendo lugar– que atrajeron la atención de la prensa, los gobiernos, las organizaciones internacionales, sociólogos y politólogos y el mundo entero. Los más memoriosos recordarán los días de la ocupación de la embajada de Estados Unidos en Teherán, que mantuvo rehenes a sus funcionarios durante 444 días en 1979, o la larga guerra tras la invasión del país por el Irak de Saddam Hussein en 1980. También se recordará la fatua de Jomeiní condenando a muerte al escritor anglo-indio Salman Rushdie por su novela Los versos satánicos en 1989. Y seguramente muchos más recordarán a un presidente llamado Mahmud Ahmadineyad, por sus polémicas declaraciones sobre el Holocausto, los homosexuales, su tono neorevolucionario y anti-imperialista. Quizás Irán haya sido mencionado más frecuentemente en los últimos veinte años de su existencia por su programa nuclear, aspiración legítima que ha generado quebraderos de cabeza, controversias, sanciones, largas negociaciones y acuerdos hasta nuestros días, por la desconfianza que generaba a la comunidad internacional el objetivo último de la innovación tecnológica nuclear, uso civil o militar. Pero quizás pocos recuerden lo que representó y aún representa la Revolución Islámica, para Irán, la región y el mundo entero, desde el punto de vista ideológico, político, económico y social. Y es que Irán sigue siendo aún un actor internacional que es analizado principalmente por sus acciones externas y relaciones conflictivas con otros Estados, lo que ha llevado a su estigmatización y simplificación por parte de periodistas, analistas y responsables políticos, dejando de lado las complejidades y dinámicas internas fruto del proceso revolucionario y la consolidación de la República en su particular contexto socio-religioso. Este artículo intenta revisar en perspectiva los cuatro aspectos en los que la República Islámica ha sido revolucionaria, con el objetivo de entender el porqué de su supervivencia y vigencia tras cuarenta años de vida. La primera de esas revoluciones ha sido la ideológica-religiosa, encarnada por el ideario de Jomeiní, quien incorporó una nueva dimensión a la teoría política del islam chií al proponer una república con supervisión religiosa. La segunda ha sido la revolución social, que produjo cambios en la estructura de la sociedad iraní, mercantilizando la clase clerical y su relación con el Estado y resto de la sociedad, y generando una nueva dinámica social en los entornos rurales, urbanos y regionales. La tercera revolución ha sido la política, que trajo aparejada la desaparición de un sistema de gobierno anclado en siglos de tradición monárquica, para instaurar un sistema mixto de representación popular y legitimidad religiosa. La cuarta ha sido la internacional, producto del posicionamiento del nuevo Gobierno como un auténtico actor del no alineamiento estricto, lo que le valió el aislamiento internacional durante varios lustros. Esas cuatro revoluciones siguen aún vigentes.
DOI/handle
http://hdl.handle.net/10576/11568المجموعات
- دراسات الخليج [137 items ]